La Lavándula angustifolia es el elemento más empleado en aromaterapia, pues contiene gran cantidad de esteres característicos que proporcionan una infinidad de propiedades y usos. Entre otros se han identificado alcoholes terpénicos (linalol, geraniol, borneol, eucaliptol…) así como taninos, saponinas, ácidos (caproico, burtílico, cumárico, isobutírico, rosmarínico, y ursólico) y cumarinas. 

 

Estos elementos le aportan sus muchas propiedades terapéuticas, entre las que destacan: las equilibrantes del sistema nervioso, por lo que es frecuentemente recomendada para el combate de los trastornos del sueño, es estrés, la ansiedad, la depresión y los dolores de cabeza.  Sus múltiples esteres naturales poseen además propiedades antisépticas, analgésicas, antiinflamatorias, cicatrizantes, antipiréticas, antiespasmódicas y tónicas entre muchas otras.